lunes, 4 de octubre de 2010

Preparativos de Guerra

26

-¿Estay seguro que acá vamos a estar seguros?- preguntó Anthony mientras Sebastián buscaba la llave para entrar al departamento
-Tranquilo compadre, es de un primo y su familia, y como están en Estados Unidos, me dejan la llave- respondió el macizo joven haciendo pasar a todos
-Bueno de todas maneras como que no nos conviene estar mucho tiempo en el mismo lugar- dijo Cristóbal, echándose sobre un sillos- estoy más cansado…
-¿Por qué no podemos estar en un lugar?- pregunto Belén, mientras buscaba el control remoto de la TV
-Porque PUEDEN encontrarnos- respondió Anthony enfático- si ya lo hicieron antes para rastrearnos, no veo porqué no de nuevo
El viento comenzaba a soplar con gelidez a través de la ventana abierta en aquel tercer piso. Y el frío no era sólo la sensación térmica, sino era ese líquido frio que recorre desde la nuca hasta la espina cuando el cerebro indica al cuerpo que está en peligro: el miedo. Y era razonable el miedo, solo eran jóvenes pensando enfrentarse a una horda de tipos armados y con entrenamiento militar. Sonaría como un suicidio pseudo kamikaze, pero no, no lo veían así, sólo se estaban convenciendo de la verdadera naturaleza humana, la cual es capaz de saltar al fuego si de sobrevivir se trata.
Francisco se sentó frente a un computador que allí estaba y comenzó a buscar galpones o depósitos ubicados en la zona del muelle Barón, para saber al menos donde iban.
Por otro lado, Sebastián apoyaba su cabeza sobre la puerta del baño, con los brazos empuñados, tenía un ardor vengativo, que acallaba el miedo y la pérdida de un amigo.
-Oye Mole, ¿tenis ropa acá?- preguntó Damián, que aun estaba descalzo y cubierto por una chaqueta de los soldados de la playa- que me estoy cagando de frío
-Oh de verdad- respondió Sebastián, saliendo de lo ensimismado que estaba- Mi primo dejó ropa, algo te tiene que quedar bueno
-¡Ya!- dijo fuertemente Anthony- Hay que empezar a pensar con calma, y hay que idear una manera de sacar al Salva y a quien más tengan adentro de esas weas
-¿Querís decir un plan? Como las películas- musitó Cristóbal levantándose hacia donde estaba su amigo
-Mm, algo asi Caco- respondió el chico que se refregaba la cabeza con vehemencia- pero real
-Los encontré…- dijo Francisco, atrayendo la atención de todos, inclusive de Damián, quién se ponía una polera con dificultad
-Oye Mole, me queda chico todo weón- dijo el menor de los Cortés, interrumpiendo al de los números
-Como decía- dijo Francisco con una mirada punzante- encontré el galpón, está cerca del ex frigorífico, y es evidentemente este, ya que esta registrado de la Armada bajo la dirección 291287, galpón 87
-¿Tienes algo así como las entradas del lugar, lugares contiguos y weas así?- dijo Eduardo que había estado callado hasta ahora
-Algo mucho mejor- respondió Cuadra- esto de los cálculos me ha ayudado caleta para “conseguir” datos en internet, accedí a imágenes satelitales y tengo en tiempo real el lugar
-Esos que se mueven son…- dijo Belén viendo las imágenes desde el monitor
-Soldados- interrumpió de nuevo el mayor de los Beale- y son más que la chucha
-¿Cuántos exactamente?- preguntó Cristóbal intentando contar
-Cinco rondines por lado, con rondas de diez metros cada uno, veinte soldados visibles en total y hay una posibilidad de un ochenta y tres que tengan refuerzos en cada lado y un treinta y cinco de que tengan más armas que los soldados anteriores – dijo Francisco ante la mirada asustada del resto- ¿Qué miran? Ahh lo hice de nuevo, sorry
-Mmm, complicado va ser pa’ entrar, son mas de los que podemos controlar- dijo Anthony recostándose en el sillón- hay que pensar que ninguno es un ninja o un milico, tenemos UN arma, somos pocos y está mi hermana, no la voy a exponer a algo innecesario
-¡Oye!- se quejó Belén- puedo cuidarme sola
-Pero tenemos algo que ellos no, refiriéndome a los soldados- agregó Sebastián
-Estos pod… habilidades raras- dijo Cristóbal, levitando unos veinte centímetros
-Claro- dijo Anthony- podemos usar eso a nuestro favor, Caco vuela, Mole se estira, Damián resiste ba…
-- dijo una voz en su mente
-¿Dijiste algo Belén?- preguntó Bily a su hermana
-No- respondió la chica- te estaba escuchando
-- repitió la voz-
-<¿Ok?>- dijo para sí el hijo de Ana-
-- dijo Ana a su hijo, con una voz suave
-< ¿Yaaa? ¿Cómo?>
-
-- inquirió Anthony con algo de enojo a su madre
-- respondió Ana elevando el tono de la voz- <>
- dijo el chico de Forestal con un tono seco-
--agregó Ana con un tono tranquilizador-
-¿Qué wea Bily?- dijo Eduardo viendo que la mirada de su amigo estaba perdida en el vacío
-¿Ah?- respondió Anthony saliendo del trance en el que estaba- Tenemos un plan
-¿Cuál?- dijeron casi todos al unísono
-Se los explico después, traigan todo lo que pueda ser útil, como cuchillos, cuerdas y volas por el estilo- dijo Anthony con seriedad militar- Chino, tú quédate acá que quiero decirte algo
-Ya empezaron con sus cuestiones gay- dijo Belén, entre risas del resto
-¿Yo?- dijo Eduardo- ¿Qué?
-Te lo pregunto al tiro Chino- dijo el autoubicado líder- ándate a tu casa o cualquier lugar seguro para refugiarte
-¿Qué, estay weón?- dijo algo enojado – Mira no tiro rayo ni muevo cosas como el resto de mis hermanos, pero no los voy a dejar solos en esta wea
-¿Es tu última palabra Chinin?- dijo Anthony esbozando una sonrisa
-Por su puesto- respondió el mayor de los hijos de Gómez Carreño

Luego de unos quince minutos, los jóvenes salieron uno a uno fuera del departamento. Hubo por unos instantes un silencio sólo interrumpido por el repicar de las olas y del incesante pasar de los automóviles, los cuales resoplaban una estela de viento gélido que ya no complicaba a nadie, la adrenalina en los cuerpos mantenía la temperatura listo para lo que venía.

Ultimo en caminar iba Eduardo, más nervioso que el resto. Tenía un sentimiento de “Que mierda hago acá”, en su cabeza rondaba el miedo y la sensación de inutilidad que sentía al ir camino al matadero, sin armas ni poderes como sus amigos, sólo un bate de béisbol que encontró en una habitación. Sentía frío, esa gélida sensación en la espalda otra vez, pero era demasiado testarudo para dar pie atrás, sólo le orar y agarrar fuerza de la ira, frente a la muerte de su hermano.

***

El galpón 87 pasaba por una noche ajetreada, había sido ordenada la suplicación de la guardia, frente a la venida de los jefes de Santiago y el Senador, quién mantenía vivo las operaciones de hace más de quince años.

Las olas se escuchaban de fondo y las luces repiqueteaban en las aceras del area portuaria, especialmente en el área de laboratorio

-¿Te parece aumentar la cantidad del suero?- preguntó Julio a Bernard, frente a la camilla con Darío aun inconsciente
-No se- tu eres el de esas cosas- pasa por mi aprobación si sólo pone en peligro la vida del sujeto
-Es que eso pasa- respondió Julio al instante- aumenta la dosis podría incrementar su capacidad de transformación, dejándola como la de su padre, o matarlo
-Te lo dejo a tu conciencia Cortés- concluyó el viejo, mesándose la barba nerviosamente, caminando fuera de la habitación
-Antes que te vayas- dijo el padre del chico inmortal, captando la atención del Bernard- el chico de Villa hermosa está listo, ya controlamos eso del trance de ira en el que entra cuando es despertado
-Excelente Julio- dijo sonriendo el viejo a cargo del lugar- Manda a su primo a que lo testee, si se pone peligroso, él puede detenerlo
-Buena idea- respondió Cortés, sacándose los lentes- Va a ser útil, parece que hoy vamos a tener compañía
-¿Tú crees?- pregunto Bernard

No hubo más respuesta que una mirada aguda de parte de los dos, ambos sabían que era inminente una respuesta agresiva de los chicos, estaba en sus genes el defenderse, la supervivencia.

El ajetreo era incesante, sólo interrumpido por pasos sobre metal y armas cargándose y fusiles en movimiento.

No hay comentarios: