lunes, 18 de octubre de 2010

Lázaros

25


- ¡Lo perdemos, lo perdemos!

- Pongan adrenalina, cantidad media, al corazón…

- Abran espacio, electroshock cargando….

- Lo perdimos doctor….

- Anoten la hora, tres cincuenta y cuatro de la madrugada…

La habitación estaba resguardada por un joven conscripto con fusil en mano, todo estaba sellado como había sido orden de los jefes, este era el proyecto más costoso de toda la división. Julio había peleado muchas veces con Bernard debido a los riesgos que implicaba, pero tras demostrar que el proyecto marcharía, se aprobó el primer sujeto

Felipe mostró su identificación al guardia, quien lo dejo entrar con algo de recelo. A pesar que ya llevaba un tiempo en las instalaciones aun no confiaban plenamente en él, todos recordaban le incidente del intento de fuga de Salvador y Ángelo.

- Juaquín, ¿Estás despierto?- preguntó el chico de lentes

- ¿Ah?- respondió el muchacho de Villa Hermosa- primo, ¿Dónde estoy?

- A salvo- respondió Felipe con tintes de ironía

- Lo último que recuerdo es… no recuerdo nada- dijo Juaquin levantándose de la cama

- Tranquilo- dijo Felipe de manera enfática- te atropellaron y estuviste en la UCI por 4 horas

- ¿Qué?- dijo el rubio algo sobresaltado- pero… ¿estoy bien?

- Si… y no al mismo tiempo- respondió su primo

- ¿Cómo así?

- Mira- respondió Felipe sacándose los lentes- legalmente estas muerto

- ¡Queee! pero co…

- Calma Juaco, cuando te impacto el bus, se desencadeno una habilidad en ti

- ¿Habilidad?- preguntó con algo de risa- ¿Cómo un superpoder?

- Eee, más o menos así- respondió tomando un bisturí y lanzándoselo en la pierna derecha

- ¡Aaaaa!- gritó con dolor-mi pierna... ¿Ah?

Juaquín contemplo con asombro como su cuerpo recibía el metal y lo asimilaba en su cuerpo. No había dolor, no había daño, de hecho, sentía una mejoría en su ser cuando recibió el corte.

- ¿Viste? esa es tu habilidad- dijo su primo sonriendo- eso minimizó el daño del bus, pero eso al mismo tiempo hizo estallar tu corazón

- Así, ¿cómo estallar? o como metáfora- dijo Juaquin poniéndose de pie

- Literalmente perro- respondió Felipe- por eso estas muerto, pero tu habilidad facilitó que sobrevivieras

- ¿Cómo?- preguntó el joven, que era unos tantos centímetros más alto que su primo

- Un corazón artificial, sistema óseo metálico, lóbulo derecho cerebral injertado y una sarta de drogas que no tengo idea que son- respondió Felipe leyendo la ficha médica a los pies de la cama

- ¿Algo así como un robot?- pregunto el chico, poniéndose unos pantalones que estaban sobre una silla

- Emmm claro- dijo Felipe- acá dice que fueron injertados parte de tu cara y tu brazo derecho con fibra metálica y titanio

- Suena caro- agregó Juaquin- ¿y tengo música en mp3?

- Emm no, jaja- respondió su primo- parece que te lo estas tomando bien

- No se- respondió el chico- sólo quiero ver a mis papás

- Ahí hay un problema rucio- dijo Felipe dejando la ficha sobre la cama ya vacía- como legalmente estás muerto, nadie puede verte, ELLOS invirtieron millones en ti y no dejarán que salgas a la luz pública.

El chico no dijo nada por un buen rato. Al parecer recién le tomaba el peso a su situación. Su vida había terminado, todos sus sueños de adultez se iban por el caño. Juaquín no sabía qué era lo que venía, Felipe tampoco, pero al menos tenía una motivación y sabía qué hacer.

- ¿Te acuerdas que mi mamá desapareció?- pregunto Felipe rompiendo el silencio mientras los jóvenes caminaban por un pasillo de tonos metálicos

- ¿Si?- respondió algo confundido su primo

- Ellos la tienen- respondió- y si no hago lo que ellos me piden la matarán, por eso tienes que ayudarme

- Dale- respondió Juaquin al instante- cuenta conmigo.

Tras un intento de sonrisa de parte de Felipe, los jóvenes entraron a una habitación amplia, donde Bernard los esperaba con los detalles de la primera misión de Juaquin, escritos en un papel que Felipe, leyó rápidamente; todo esbozo de alegría por el bienestar de su primo desapareció en un instante, al parecer, para Juaquin, la misión incluía hacer el trabajo sucio de alguien. Felipe le preguntó algo a Bernard, algo que no alcanzo el oído de su primo, lo único que detecto fue una mirada de insatisfacción e ira, luego que el viejo de barba dijera:”Es por ella, no te olvides”

Luego de veinte minutos de viaje en una camioneta militar, Felipe y Juaquin llegaron a una intersección en la ruta 60, donde descendieron del vehículo y aguardaron el comienzo de su tarea…

- ¿Me puedes repetir en qué consiste lo que tenemos que hacer?- preguntó Juaquin mientras jugueteaba con una rama sobe el asfalto- así como hablan los pacos o los milicos no entiendo que dicen

- Tenemos que neutralizar a dos sujetos peligrosos, gente especial como nosotros- respondió Felipe

- Si son peligrosos, ¿Por qué nos envían a nosotros dos? – pregunto de nuevo a su primo- ¿No deberían enviar a soldados y cuestiones así?

- No- respondió firmemente el chico que se sacaba las gafas- si ven un operativo muy grande mucha gente puede salir lastimada

- Aaa- respondió- ya entiendo, ¿se van a demorar mucho?

- No creo, ya deberían estar acá- dijo su primo mirando su celular- de hecho ahí vienen…

En la dirección opuesta a los dos varones, se acercaba un bus interprovincial, con carteles en dirección a Viña del Mar y procedencia de San Felipe. El vehículo, venía con las luces internas apagadas pues era de noche y los pasajeros venían durmiendo un sueño reparador, sin poder presagiar lo que les venía, de entre tanta gente inocente y banal , allí también venían Gabriela y Natalia, los dos “sujetos” peligrosos, el objetivo de Bernard.

- ¿Paramos?- preguntó Gabriela despertando a Natalia, quien luego de tomarse unos calmantes pudo conciliar el sueño

- ¿Ah?- dijo Natalia intentando despertar- creo que llegamos

- ¿Qué paso?- preguntó uno de los pasajeros que alii iban

- Hay dos tipos afuera- respondió una mujer de edad

- ¡Milla!- se escuchó a gritos- ¡Sal de ahí y nadie más saldrá herido¡

- ¿Sabes quién es?- pregunto la chica del norte a Natalia, mientras cerraban las cortinas para o ser vistas

- No se- respondió la chica con una pálida expresión, mirando por la ventana por primera vez- es el Parra… no entiendo…

- Milla, cálmate- dijo Gabriela mirándola fijamente, dejando que su habilidad fluyera- todo va a estar bien

En ese instante, Natalia comprendió el porqué del envió de Gabriela, ya que tras escucharla se calmo, y la chica tenía en cuenta que la desesperación solo llevaría a más muertos.

Afuera, Felipe la llamaba por segunda vez, sin ninguna respuesta nuevamente. El chico guardo sus lentes en un estuche y los dejó en la berma. Sintiendo que la presión en su cabeza poco a poco se apoderaba de si mismo

- Parece que tendremos que sacarlas a la fuerza- dijo Felipe con una extraña expresión

- ¿Qué paso primo?- pregunto Juaquin extrañado por la mirada furiosa de Felipe

- ¡Salgan de una puta vez o quieren que desarme el bus y las golpee con los restos!- grito el chico de Santa Inés mientras arrancaba la puerta del bus y sacaba de un tirón al conductor, lanzándolo a unos metros

- Calmao weón- le dijo su primo asustado por lo que vio, siguiéndolo al carro

- ¡Ahí están asesinas!- dijo Felipe, sonriendo al ver a las dos chicas- vengan con papi

- No- dijo Natalia de espanto- está pasando otra vez

- ¿Qué?- dijo Gabriela al notar que poco a poco los ojos de Natalia se llenaban de sangre, provocando la caída de la viejecilla a su costado y el sofoco de los pasajeros, incluidos Felipe y Gabriela

- ¿Qué wea?- dijo el chico difunto al subir al bus y ver que su primo se ahogaba y sus ojos se ponían oscuros

- Mierda- dijo Gabriela- no puedo calmarla- Agg…

Ante tan tétrico escenario Juaquin notó que su primo estaba muriendo, pero el no. Notó también que un ardor, explotaba dentro de él, y junto con ello, parte de su cerebro le indicaba a Natalia y Gabriela, mujeres que él no conocía, como objetivos de muerte. Uno de los miedos de Julio, se materializaba.

Juaquin dio un grito desgarrador y se abalanzó sobre las chicas, lanzando a Gabriela por la ventana y tomando a Natalia por el cuello, estrangulándola, intentando detenerla. Uno de los pasajeros, se logró incorporar y se colgó del chico por la espalda, mala idea: El rubio muchacho lo tomo por un hombro, sacándoselo de lugar y asestándole un golpe que lo noqueó, al menos eso parecía por el “crack” que hizo el cráneo del inocente pasajero.

La gente gemía de dolor, algunos lloraban. El miedo y el shock de Gabriela se habían trasmitido al resto de la gente, como aquella vez, en aquel incidente. Felipe yacía inconsciente, Gabriela se desangraba sobre el asfalto y Natalia parecía haber muerto.

- ¡Arriba las manos o disparo!- se escucho en un altoparlante, proveniente de un helicóptero que ponía su destellante luz sobre Juaquin- siempre quise decir eso Lucas

- No es tiempo para jugar hijo- dijo la mujer que pilotaba la nave

- Parece que no te escucho Pablo- dijo un niño que iba junto a ellos, al notar que el primo de Felipe cambiaba de objetivo, ahora corría a toda velocidad hacia el helicóptero que descendía

- Chucha- dijo Pablo abriendo fuego de metralleta- ¡para chico-primo-de-Parra

Pero Juaquin no se detenía, las balas golpeaban su cuerpo pero no lo dañaban, hasta lo hacían parecer más fuerte. Saltó desde el bus, destruyendo el techo, con una fuerza tal que se colgó de una parte del Black Hawk modificado.

- Toma- dijo la piloto, pasándole un lanzacohetes que estaba dentro de un baúl

- Wosh- dijo el chico encantado con el arma-¡al fin podre usarlo!

- Con cuidado hermano- dijo el niño que se escondía, ya sabía lo que venía

- Bájate, ¡Mierda!- gritó Pablo pateando a Juaquin haciéndolo caer del helicóptero- Ahí va, ¡Fuego!

El disparo del lanzacohetes provocó un zumbido sordo que ni se comparó con el estruendo de la explosión sobre el cuerpo del chico de Villa Hermosa, el cual quedó tras un muro de fuego y un cráter, a un costado de la ruta sesenta.

El helicóptero descendió junto al bus y de un brinco Pablo y su hermano se dirigieron hacia donde estaban las chicas heridas. Tras comprobar que aun vivían, las subieron al vehículo, el cual comenzó a elevarse al rumbido de las aspas de acero, hasta alejarse de aquel, lugar. Estaban a salvo.

De entre unos matorrales, Felipe se incorporó, con algo de estupor y el dolor de cabeza como el de una resaca. Buscó a su primo y a las chicas. Había fallado.

Caminó algunos metros hasta ver donde Juaquin estaba. Contempló con macabro asombro como su primo portaba un agujero que hacía desaparecer todo su lado izquierdo a excepción de su brazo, borboteaba sangre y sus huesos, reemplazados por una aleación de titanio, se entremezclaban con sus fibras, las que gracias a un extraño metal liquido, regeneraban el cuerpo de Juaquin.

- ¿Alo?- dijo Felipe contestando a su teléfono móvil- Bernard

- ¿Tienen a las chicas?- preguntó el viejo al otro lado del auricular, en el muelle Barón

- No- aparecieron unos niños en un helicóptero y se las llevaron- además, te dije que yo no podría contener a Natalia, esta vez casi muero

- Tranquilo chico- respondió Bernard- enviaré un equipo por ustedes, los necesito acá

- Ok- dijo serio el chico que tomaba el estuche de lentes del suelo- por otro lado, Juaquin funcionó, Gracias por ayudarlo

- A mí no deberías darme gracias Felipe- respondió el viejo a cargo de la operación- el equipo llega en cinco minutos

- Nos vemos- dijo Felipe antes de cortar la comunicación.

Tras los exactos cinco minutos acordados, llegaron dos camionetas, de las cuales salieron unos cuantos soldados y unos cuantos médicos, que revisaron las heridas de Felipe y sedaron a Juaquin, para transportarlo de vuelta a las instalaciones.

Cuando se retiraban, se escucharon los zumbidos de las semiautomáticas con el silenciador, “silenciando” a los pasajeros que aun respiraban. No hubo testigos, la prensa sólo comunico un bus incendiado en un accidente de carretera.

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